lunes, 14 de junio de 2010

D: IT IS WRITTEN?



Slumdog Millonaire es una película indo-británica de género dramático, dirigida por Danny Boyle, que obtuvo ocho Óscars en la gala del pasado año.

La película trata sobre Jamal Malik, un joven de la calle, de los barrios bajos de Bombay (India), que tras una vida infernal junto a su hermano Salim, decide presentarse a un concurso televisivo llamado “¿Quién quiere ser millonario?”, para reencontrarse con la chica que ama.

Debido a las casualidades vitales, Jamal acierta todas las respuestas, llegando a ganar la mayor cantidad posible: 20 millones de rupias. Al ser un caso inusual, la policía sospecha que el joven ha hecho trampa, por lo cual lo torturan.

A partir de sus confesiones, se conoce que éste no hizo trampa, sino que la mayoría de respuestas las conocía debido a que en ciertos momentos de su vida han ocurrido hechos en relación a las mismas, que van apareciendo en la película en forma de flashbacks.

La situación por la que pasan estos dos hermanos, sobre todo tras la muerte de su madre, se compone de una mezcla de falta de recursos económicos, educativos, de salud, higiene, etc. por lo que se ven obligados a mendigar, robar y escapar de numerosos peligros.

Esta es una película que muestra la realidad de Bombay (o Mombai, nombre actual), una ciudad con dos polos opuestos: llena de pobreza y marginación, y a la vez de riqueza y lujos.

Ésta alberga la bolsa de comercio más antigua de India, los bancos más importantes, sus más bellas estrellas de cine y sus más temidos gángsters. Produce más de un tercio de todos los impuestos recabados por el Gobierno y acapara enormes ganancias ilegales. Y sin embargo, uno de cada dos residentes vive en suburbios, la cifra más alta de todo el mundo, según un informe de la Corporación Municipal de Brihanmumbai y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Bombay es una ciudad que hoy día cuenta con más de 13 millones de personas, por lo hay una aglomeración urbana impresionante.

Se dan diferentes culturas. Encontramos como principales la hindú, con su dios Rama; y la musulmana, con Alá. Las disputas y enfrentamientos debidos a las diferencias culturales en esta ciudad, acaban con la vida de muchas personas. También conviven multitud de religiones: cristianismo, judaísmo, budismo, etc. pero sobre todo destacan el hinduismo y el Islam.

La pobreza en la que viven estas personas, rodeados de basureros en los que hurgan, ríos contaminados en los que se asean, lugares insalubres en los que comen, etc. es inhumana. Los niños pobres, y más aún si son huérfanos, son un cebo fácil para las mafias, quienes los venden, prostituyen o incluso sacrifican partes de sus cuerpos para que al mendigar consigan así más dinero.

La idea de esta entrada, es recordar la otra cara del mundo, tan olvidada en nuestras vidas repletas de consumismo, y cubiertas de necesidades; en la que existen millones de personas que no cuentan con un mínimo de recursos básicos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Declaración de los Derechos del Niño, muestran numerosos derechos que protegen la vida de las personas y de los niños, los más vulnerables. Sin embargo, como ya sabemos, éstos no se cumplen en la mayoría de los países del mundo.

Y es que el 80 % de la población mundial vive en la mitad sur del globo, o lo que es lo mismo, en los países subdesarrollados o en vía de desarrollo, en los que los índices de pobreza, marginación, enfermedades, violencia, muertes, etc. suelen ser altos.

Todo este tema, me hace reflexionar sobre la suerte y el destino, a lo que se debe el título de la entrada (está escrito). Me pregunto, en primer lugar, si existe la suerte, o el destino. Normalmente pienso que no, aunque hay veces que renuncio a este pensamiento y creo en ello. Pero, en realidad, en lo que de verdad creo es en las casualidades que se pueden dar en la vida, y sobre todo, en el esfuerzo y el trabajo, ya que sin esto último, casi nadie llega a ninguna parte.

Por ello, sigo reflexionando, y me pregunto cosas como: ¿a caso tengo suerte de ser quien soy, de haber nacido en mi familia, y en este lugar del mundo? Creo que no es cuestión de suerte, sino de la vida en sí. Si hubiese nacido en otro sitio, en otra familia, no sería yo, sino que sería otra persona diferente.

Con esto quiero decir, que la vida da a las personas diferentes oportunidades o “desoportunidades”, con las que hay que vivir y luchar. Es muy fácil si la suerte o el destino, se cruzan en tu camino y te brinda con facilidades durante toda tu vida, pero ¿a quién le ocurre esto? Por otro lado, es muy difícil vivir en la pobreza en un país en el que no existen un mínimo de garantías de los derechos básicos. ¿Es que el destino condena o premia a las personas? Yo pienso que no… y la vida que a cada uno le toca es más compleja que la llamada suerte.

El destino para mí no es algo que está escrito, sino la propia vida, el camino que se va construyendo de casualidades de la misma, de las propias características de la persona, del trabajo de ésta, de las personas que te rodean, del lugar donde te encuentres, etc.

Por ello, no es más rico el que más tiene, sino el que algo tiene, lo valora y lo mantiene.


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